El metabolismo de proteínas y aminoácidos es un proceso fundamental para el mantenimiento, y comprenderlo es crucial para abordar diversas condiciones clínicas. A diferencia de los lípidos y los carbohidratos, que el cuerpo puede almacenar eficientemente en grandes cantidades (como triglicéridos en el tejido adiposo o glucógeno en hígado y músculo, respectivamente), las proteínas no poseen un sistema de almacenamiento dedicado y de gran escala.
La principal razón por la cual el cuerpo no almacena proteínas en el mismo sentido que otros macronutrientes radica en su función primordial. Las proteínas son moléculas altamente funcionales, que cumplen roles estructurales, enzimáticos, de transporte, inmunitarios y reguladores, entre otros. No son primariamente una fuente de energía de reserva, aunque pueden ser catabolizadas para tal fin en situaciones de necesidad extrema. Cada proteína en el organismo tiene un propósito específico y su presencia y concentración están finamente reguladas para el óptimo funcionamiento celular y tisular. Almacenar proteínas de forma inespecífica implicaría mantener una vasta reserva de moléculas que, en un momento dado, podrían no ser necesarias para su función original, y cuya movilización para otros fines sería ineficiente.
Desde una perspectiva bioquímica, la ausencia de un almacén proteico se debe a la naturaleza dinámica de las proteínas. Existe un constante recambio proteico, donde las proteínas viejas o dañadas son degradadas y sus aminoácidos constituyentes son reciclados para la síntesis de nuevas proteínas o para otros fines metabólicos. Si bien hay proteínas estructurales como las del músculo esquelético que pueden ser degradadas para liberar aminoácidos en situaciones de estrés metabólico, esto constituye un tejido funcional para mantener la homeostasis, particularmente la glucosa sanguínea a través de la gluconeogénesis.
Referencia:
Murray, R. K., Bender, D. A., Botham, K. M., Kennelly, P. J., Rodwell, V. W., & Weil, P. A. (2012). Harper's Illustrated Biochemistry (29th ed.). McGraw-Hill Education.