Las emociones en el aprendizaje de la matemática
En la educación, el aprendizaje de las matemáticas ha sido tradicionalmente visto desde un enfoque lógico y racional, dejando de lado un aspecto igualmente crucial: las emociones. Hoy en día, se reconoce que las emociones juegan un papel fundamental en los procesos de aprendizaje, especialmente en una materia que a menudo provoca altos niveles de ansiedad y frustración en los estudiantes.
La conexión emocional con las matemáticas comienza a formarse desde las primeras experiencias en la escuela. A menudo, estas vivencias están marcadas por la presión de obtener resultados correctos, la dificultad para entender el contenido y una enseñanza que se centra en la memorización de procedimientos, lo que puede generar sentimientos de inseguridad, miedo al error y rechazo hacia la materia. Según Solís (2024), “las emociones positivas y negativas influyen directamente en la manera en que aprendemos, recordamos y transferimos lo aprendido”, por lo que no se pueden pasar por alto en el aula de matemáticas.
Ante esta situación, los docentes tenemos la responsabilidad de crear entornos de aprendizaje seguros y motivadores, donde los estudiantes se sientan valorados y comprendidos. Cuando un niño o niña se siente emocionalmente tranquilo, confiado y curioso, su disposición para aprender mejora notablemente. En este sentido, Rampoldi (2025) menciona que “las matemáticas se enseñan a través de las emociones”, lo que implica que la enseñanza debe ser también una experiencia afectiva, no solo cognitiva.
Incorporar metodologías activas, juegos, desafíos, trabajos en grupo, actividades conectadas con la vida cotidiana y el uso de materiales concretos ayuda a generar emociones positivas. Estas prácticas no solo hacen que el aprendizaje sea más significativo, sino que también fortalecen el vínculo afectivo del estudiante con la asignatura. Además, el reconocimiento del esfuerzo, la libertad para equivocarse y aprender del error, y la posibilidad de explorar diferentes formas de llegar a una solución fomentan la autoestima y la autonomía.
Como futuros docentes, debemos asumir el reto de repensar la enseñanza de las matemáticas desde una mirada más humana e integral. No basta con que los estudiantes dominen operaciones y procedimientos; es necesario que disfruten aprender, que pierdan el miedo y que descubran que todos tienen la capacidad de desarrollar el pensamiento lógico y matemático.
Referencias:
Solís, A. M. E. R. (2024, 17 febrero). Las emociones cuentan al aprender matemáticas. Seminario Repensar las Matemáticas. https://repensarlasmatematicas.wordpress.com/2021/07/05/las-emociones-cuentan-al-aprender-matematicas/
Steffanorampoldi. (2025, 3 enero). Las matemáticas se enseñan a través de las emociones. Sdemocional. https://sdemocional.org/las-matematicas-se-ensenan-a-traves-de-las-emociones/