Yo me identifico como hombre de origen mestizo, al igual que mi familia. Mi identidad es doble, ya que nací en Ambato pero fui criado toda mi vida en las Islas Galápagos. Por eso, me considero de doble identidad: ambateño y galapagueño, aunque más galapagueño, ya que no comparto mucho la cultura ambateña, aunque estoy orgulloso de ser ambateño, pero me identifico más como galapagueño.

¿Por qué? La identidad galapagueña se manifiesta en la relación con el medio ambiente y en la capacidad de adaptarse a una vida insular, como el uso de lanchas y bicicletas para transportarse. Nuestra identidad se basa en el apego al ecosistema único y frágil de las islas.

Es el respeto al medio ambiente y el amor a la flora y fauna que nuestra isla tiene, algunas de ellas endémicas.

Soy una persona introvertida, pero también soy amigable cuando ya tengo la confianza de la otra persona. Tengo un carácter tranquilo, no dócil, sino tranquilo. Soy muy apasionado hacia la gastronomía y la hotelería.

Soy de religión evangélica, la cual también me ha dado las bases para tener una vida tranquila y con principios. Además, me ha generado amor hacia las creaciones de mi Dios.

Mi género musical es muy variado. ¿Cuáles? En primer lugar, las músicas cristianas, que hay de todo tipo. Las que más me gustan son las que son solo con instrumentos, las antiguas, como "El viejo pastor".

Los lugares que he podido visitar son las diferentes islas que están a los lados de Galápagos, como Isabela y San Cristóbal, y también he visitado Ambato y actualmente Riobamba.

Lo que me apasiona es la comida, no solo comer, sino la gastronomía y las formas de preparar un plato de algunos lugares. Tener la oportunidad de probar estos platos es un privilegio para uno.

¿Cómo cree que su identidad es percibida dentro de la sociedad en la que vive?

Aunque nací en Ambato, crecí desde mi niñez hasta mi adolescencia en Galápagos, por lo que mi identidad es una mezcla de ambas culturas. En la sociedad donde vivo, creo que mi identidad es percibida como una combinación única: por un lado, se me reconoce como ambateño, asociado con las tradiciones y valores de la sierra central del Ecuador; por otro lado, también soy visto como galapagueño, con un fuerte apego al medio ambiente y a la vida insular.

Esta doble pertenencia me permite conectar con diferentes comunidades y entender diversas formas de vida, lo cual es valorado por muchas personas. Sin embargo, también puede generar cierta confusión o preguntas sobre mi origen, ya que no encajo completamente en un solo lugar, sino que llevo conmigo la riqueza cultural de ambos.

En general, creo que la sociedad percibe mi identidad como auténtica y respetuosa, especialmente porque he aprendido a valorar y cuidar el ecosistema único de Galápagos, al mismo tiempo que mantengo las raíces y principios que me vienen de Ambato. Esta mezcla me ha hecho una persona adaptable, con valores sólidos y un sentido profundo de pertenencia tanto a la tierra donde nací como al lugar donde crecí.