La principal enseñanza que me llevo acerca de la actividad de los saberes ancestrales y las prácticas culturales en el contexto cultural del Ecuador es comprender la profunda conexión que existe entre las comunidades y su entorno, así como el valor de preservar el conocimiento transmitido de generación en generación.
Aprendí que los saberes ancestrales no son cosas del pasado, sino conocimientos vivos que siguen influyendo en la vida cotidiana de muchas comunidades indígenas y mestizas del país. Además, me hizo reflexionar sobre la importancia de valorar y proteger esta riqueza cultural como parte fundamental del patrimonio del Ecuador.