Escorbuto en la adolescencia: reporte de un caso

Escorbuto en la adolescencia: reporte de un caso

de ANCHUNDIA LOPEZ ANGIE MARIA -
Número de respuestas: 0

Escorbuto en la adolescencia.

El escorbuto, causado por déficit de vitamina C, es poco frecuente hoy en día, pero aún puede presentarse en poblaciones de riesgo. Se reporta el caso de un niño de 11 años con hábitos alimentarios selectivos y sin consumo de frutas ni verduras, que desarrolló la enfermedad. El caso subraya la importancia de una anamnesis alimentaria detallada en las consultas médicas, para detectar precozmente deficiencias de micronutrientes como la vitamina C y prevenir complicaciones asociadas.

Introducción.

La vitamina C o ácido ascórbico es esencial para el organismo, y su deficiencia causa escorbuto, una enfermedad caracterizada por fatiga, dolor muscular y articular, hemorragias cutáneas, sangrado de encías, pérdida dental y mala cicatrización. Aunque actualmente es poco común, persiste en grupos pediátricos de riesgo como lactantes alimentados con leche de vaca, niños con trastornos de absorción intestinal, anemia por deficiencia de hierro o conductas alimentarias restrictivas. El diagnóstico es clínico, con confirmación por laboratorio. Históricamente, fue descrito en marineros y su tratamiento con cítricos fue documentado desde el siglo XVIII.

Caso clínico.

Se reporta el caso de un adolescente de 11 años con debilidad progresiva, mialgias, lesiones purpúricas y problemas bucales, que fue inicialmente mal diagnosticado. Tras múltiples estudios descartando causas neurológicas, reumatológicas y hematológicas, una anamnesis ampliada reveló una dieta extremadamente selectiva, sin frutas ni verduras. Esto llevó al diagnóstico de escorbuto por déficit de vitamina C, confirmado por hallazgos clínicos, radiográficos y biopsia bucal. Se inició tratamiento con vitamina C oral y suplementos nutricionales, con notable mejoría clínica en dos semanas. El caso resalta la importancia de evaluar los hábitos alimentarios en pacientes pediátricos con síntomas inespecíficos.


Figura 1. Lesiones hemorrágicas en la piel: se observan púrpura palpable microfolicular que compromete ambos miembros inferiores y hematomas en distintos estadios evolutivos


Figura 2. Cavidad bucal: se observan lesiones violáceas y exofíticas en el piso de la boca, molares cariados y dentadura en mal estado.

Discusión.

El escorbuto es una enfermedad por déficit de vitamina C, cuyos síntomas aparecen tras 1 a 3 meses de ingesta insuficiente (<10 mg/día). Dado que los humanos no la sintetizan, dependen del aporte dietético (60–80 mg/día). El diagnóstico se basa en la historia alimentaria, síntomas característicos y la rápida mejoría con vitamina C, ya que los análisis séricos son poco accesibles y no reflejan bien los niveles tisulares. En el caso presentado, el diagnóstico se dificultó por estudios normales y niveles de vitamina C ya normalizados tras la internación. La confirmación se orientó por biopsia gingival. El caso resalta la importancia de una anamnesis nutricional detallada, especialmente en niños con conductas alimentarias selectivas, para prevenir el escorbuto y evitar estudios innecesarios. Se recomienda incluirla en el control pediátrico, utilizando herramientas como calendarios nutricionales. Ante sospecha clínica, es válido iniciar tratamiento empírico debido a su bajo riesgo y alta eficacia.


Figura 3. Biopsia bucal: se observa corion con proceso fibroangioblástico. Incremento de la actividad proliferativa, extravasación hemática, macrófagos con pigmento hemosiderínico e infiltrado inflamatorio mixto

Conclusión.

El caso clínico presentado evidencia que, aunque el escorbuto es una enfermedad poco frecuente en la actualidad, puede manifestarse en niños y adolescentes con dietas altamente selectivas y carentes de frutas y verduras, especialmente en contextos de vulnerabilidad social y con trastornos del desarrollo. La falta de una anamnesis alimentaria adecuada puede retrasar el diagnóstico, dando lugar a múltiples estudios innecesarios. La vitamina C es esencial y su déficit genera síntomas graves, pero reversibles con tratamiento oportuno. Por ello, es fundamental incluir la evaluación nutricional en los controles pediátricos, considerar el escorbuto ante signos clínicos compatibles y no dudar en iniciar tratamiento empírico cuando la sospecha es alta, incluso sin confirmación bioquímica inmediata.

Referencia.

Rittatore, M. S., El Kik, S., Ferrari, M. F., Krochik, G. L., Casimi, D., & Quatrone, F. (2022). Escorbuto en la adolescencia: reporte de un caso. Archivos Argentinos de Pediatría, 120(3), e137–e141.