¿Cuáles son las principales causas uterinas que pueden provocar un fallo de implantación embrionaria en tratamientos de reproducción asistida ?
En los tratamientos de reproducción asistida, las causas uterinas que pueden provocar un fallo de implantación embrionaria son variadas, pero entre las más frecuentes se encuentran las alteraciones estructurales y funcionales del útero. Por ejemplo, la presencia de miomas submucosos, pólipos endometriales, sinequias (adherencias uterinas) y malformaciones congénitas como el útero septado pueden dificultar la correcta adhesión del embrión al endometrio. Estas condiciones afectan tanto la forma como la receptividad del útero.
También hay que considerar los procesos inflamatorios o infecciosos crónicos, como la endometritis, que alteran el ambiente endometrial y dificultan el diálogo molecular necesario para que ocurra la implantación. Otra causa importante es la presencia de hidrosálpinx, donde el líquido acumulado en las trompas puede drenar hacia el útero y afectar negativamente al embrión (Gómez & Martínez, 2023).
Por ello, antes de un tratamiento de fertilidad, es fundamental realizar estudios como ecografías transvaginales, histeroscopias o resonancias que permitan detectar estas alteraciones y tratarlas adecuadamente, aumentando así las probabilidades de éxito reproductivo.
Bibliografía:
Gómez, R., & Martínez, J. L. (2023). El papel de la histeroscopia en pacientes con fallo de implantación recurrente antes de FIV: Revisión sistemática y metaanálisis. Reproductive Medicine, 10(3), 123–136. https://doi.org/10.36205/trocar3.2023002
En los tratamientos de reproducción asistida, las causas uterinas que pueden provocar un fallo de implantación embrionaria son variadas, pero entre las más frecuentes se encuentran las alteraciones estructurales y funcionales del útero. Por ejemplo, la presencia de miomas submucosos, pólipos endometriales, sinequias (adherencias uterinas) y malformaciones congénitas como el útero septado pueden dificultar la correcta adhesión del embrión al endometrio. Estas condiciones afectan tanto la forma como la receptividad del útero.
También hay que considerar los procesos inflamatorios o infecciosos crónicos, como la endometritis, que alteran el ambiente endometrial y dificultan el diálogo molecular necesario para que ocurra la implantación. Otra causa importante es la presencia de hidrosálpinx, donde el líquido acumulado en las trompas puede drenar hacia el útero y afectar negativamente al embrión (Gómez & Martínez, 2023).
Por ello, antes de un tratamiento de fertilidad, es fundamental realizar estudios como ecografías transvaginales, histeroscopias o resonancias que permitan detectar estas alteraciones y tratarlas adecuadamente, aumentando así las probabilidades de éxito reproductivo.
Bibliografía:
Gómez, R., & Martínez, J. L. (2023). El papel de la histeroscopia en pacientes con fallo de implantación recurrente antes de FIV: Revisión sistemática y metaanálisis. Reproductive Medicine, 10(3), 123–136. https://doi.org/10.36205/trocar3.2023002