¿Por qué el cuerpo no almacena proteínas?
El cuerpo humano, a diferencia de lo que ocurre con los lípidos o carbohidratos, no almacena proteínas como reserva energética. Esta diferencia tiene una base funcional y clínica importante.
A nivel fisiológico, las proteínas que consumimos se utilizan para funciones estructurales, enzimáticas, hormonales, inmunológicas y de transporte, no como almacenamiento. El organismo no posee un "depósito" específico de proteínas. En cambio, si necesita energía en situaciones de emergencia, degrada las proteínas musculares, lo que puede comprometer la masa corporal magra y la funcionalidad del individuo.
Desde la perspectiva bioquímica, los aminoácidos no se almacenan como tales, sino que, tras su absorción, son utilizados inmediatamente en la síntesis de proteínas o bien desaminados en el hígado. En este proceso, el grupo amino se convierte en amoníaco (NH₃), una sustancia tóxica que el organismo convierte en urea a través del ciclo de la urea, para ser excretada por los riñones (Murray, 2020). Esto demuestra que, bioquímicamente, el cuerpo trata a los aminoácidos como componentes funcionales o como sustratos para energía, pero no como reservas almacenables.
Durante el ayuno prolongado, cuando las reservas de glucógeno y grasas se agotan, el cuerpo recurre a las proteínas del músculo esquelético como fuente de aminoácidos para la gluconeogénesis. Esto genera pérdida de masa muscular y debilidad progresiva (Zamora, 2020).
¿Por qué el cuerpo humano no almacena proteínas como lo hacen los lípidos o carbohidratos?
¿Qué implicaciones clínicas puede tener esta característica en situaciones como el ayuno prolongado o enfermedades como el cáncer o la caquexia?
En situaciones de ayuno prolongado, al agotarse las reservas de glucógeno y grasa, el cuerpo recurre a las proteínas musculares para obtener energía, generando pérdida de masa magra y comprometiendo funciones vitales. Esto puede provocar debilidad muscular, disminución de la inmunidad y deterioro del estado general del paciente (Zamora, 2020).
En enfermedades como el cáncer o la caquexia, se intensifica la degradación proteica por una respuesta inflamatoria crónica que favorece el catabolismo muscular. En la caquexia, incluso con aporte nutricional, el cuerpo continúa perdiendo músculo por mecanismos metabólicos alterados. Esto afecta directamente la supervivencia, la tolerancia a tratamientos y la calidad de vida del paciente (Argilés, 2020).
Por ello, mantener el equilibrio proteico mediante una nutrición adecuada es clave en el tratamiento de estas condiciones. En escenarios clínicos, se considera esencial asegurar un buen aporte proteico y calórico para prevenir o atenuar el catabolismo proteico y preservar la funcionalidad del paciente.
Entender que el cuerpo no almacena proteínas como reserva y que su uso energético implica daño estructural, es clave para la atención clínica de pacientes con enfermedades crónicas o en estado de desnutrición.
Referencias:
- Argilés, J. M., Busquets, S., Stemmler, B., & López-Soriano, F. J. (2020). Caquexia y metabolismo energético: implicaciones clínicas. Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, 24(1), 58–65.
- Fernández-Elías, V. E., & Martínez-Gómez, R. (2021). Importancia de la masa muscular y su metabolismo en la salud. Archivos de Medicina del Deporte, 38(203), 136–144.
- Murray, R. K., Bender, D. A., Botham, K. M., Kennelly, P. J., Rodwell, V. W., & Weil, P. A. (2020). Bioquímica de Harper (31.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Zamora, E., Marco, J., & González-Juanatey, J. R. (2020). La pérdida de masa muscular y su impacto en la evolución clínica: desde el ayuno hasta la enfermedad crónica. Revista Clínica Española, 220(2), 89–96.