Una de las adicciones más comunes en jóvenes de 18 a 30 años es el consumo de alcohol. Este es muy prevalente en este grupo etario y puede llevar a problemas de salud física, mental y social, además de afectar el rendimiento académico y laboral.
El alcohol es una sustancia que puede generar dependencia y problemas graves, y su consumo en jóvenes suele estar motivado por factores como la presión social, la búsqueda de placer o para aliviar problemas emocionales como la ansiedad o la depresión.
Una solución factible para esta adicción es el tratamiento conductual combinado con apoyo social. Los tratamientos conductuales, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia de estímulo motivacional, ayudan a modificar los comportamientos relacionados con el consumo de alcohol, identificando y afrontando las situaciones que lo desencadenan, y fortaleciendo la motivación para el cambio.