Hoy en día, una de las adicciones más frecuentes y preocupantes entre los jóvenes de 18 a 30 años es la adicción al teléfono celular y, especialmente, a las redes sociales. Plataformas como TikTok, Instagram, Facebook y WhatsApp han transformado la forma de comunicarnos y entretenernos, pero su uso excesivo ha traído consecuencias negativas en la salud mental, las relaciones sociales, el rendimiento académico y la productividad laboral.
Muchos jóvenes experimentan ansiedad al estar desconectados, presentan problemas para dormir, muestran una necesidad constante de revisar notificaciones y sufren una baja autoestima relacionada con la comparación social. Esta dependencia digital puede generar aislamiento, disminución de la capacidad de concentración y dificultades para mantener la atención en actividades importantes.
Según el neuroeducador Francisco Mora (2021), “el uso descontrolado del celular altera los circuitos cerebrales del placer y de la atención, generando una necesidad constante de estímulos inmediatos que pueden llegar a ser adictivos” (párr. 3). Esto significa que el cerebro se adapta a recibir recompensas rápidas (likes, mensajes, comentarios), reduciendo la tolerancia al aburrimiento y afectando el autocontrol.
Solución factible:
Una estrategia eficaz para abordar esta problemática es fomentar la desintoxicación digital. Esto implica establecer límites de tiempo para el uso del celular, apagar las notificaciones innecesarias, utilizar aplicaciones de control de pantalla como Forest o Digital Wellbeing, y promover espacios sin tecnología como las comidas familiares o reuniones sociales.
Además, es importante fomentar hábitos saludables como el ejercicio físico, la lectura, la meditación y las actividades artísticas o al aire libre. En casos más graves, se recomienda el acompañamiento psicológico para trabajar la autorregulación emocional y la autoestima. También es clave que desde el hogar, la universidad o el trabajo se promueva una cultura de uso consciente y equilibrado de la tecnología.
En definitiva, aunque los celulares y las redes sociales son herramientas útiles, su uso debe ser moderado y responsable para evitar que se conviertan en una adicción que afecte el bienestar de los jóvenes. Reconocer esta situación y actuar a tiempo puede marcar una gran diferencia.
Referencia Bibliográfica
Mora, F. (2021). Neuroeducación y adicción digital: cómo educar en un mundo de pantallas. Editorial Ariel. Recuperado de https://www.colegar.com/colegar/archivo_aporte_id209_1599168691253.pdf