En mi experiencia personal una de las decisiones más importantes que he tomado fue elegir qué carrera estudiar y en qué universidad hacerlo. No fue nada fácil, porque sentía que esa elección marcaría mi futuro. Me tomé el tiempo para investigar bien: comparé universidades privadas, revisé los planes de estudio, los costos de matrícula y los semestres, y traté de visualizar en qué ambiente me sentiría más cómoda y motivada.
Definitivamente soy una persona analítica. Cuando tengo que tomar decisiones importantes, me gusta investigar a fondo, ver opciones, comparar y entender bien lo que implica cada camino. No me dejo llevar tan fácilmente por el impulso o la emoción del momento. En este caso, aunque tenía una idea de lo que quería, lo confirmé solo después de ver varias opciones y analizar bien qué me convenía más.
Aprendizajes clave:
- Tomarse el tiempo para informarse bien marca una gran diferencia. Las decisiones se sienten más seguras cuando uno entiende lo que está eligiendo.
- A veces no hay una única respuesta correcta, pero sí una que se alinea mejor contigo.
- Investigar, preguntar, y comparar te ayuda a no tomar decisiones “a ciegas”.
- Al final, lo importante es que la decisión te haga sentir en paz y convencido/a, aunque otros no la entiendan al 100%.