La evaluación del aprendizaje no debe considerarse un momento aislado ni una acción improvisada, sino un componente esencial de la planificación docente. Diseñar una evaluación adecuada implica definir con claridad qué se va a evaluar, cómo se va a evaluar, con qué criterios y en qué momento, lo cual garantiza la coherencia entre los objetivos de aprendizaje, los contenidos, las metodologías y los instrumentos de evaluación.
Como señalan (Barriga, 2010), “la evaluación debe planearse desde el momento en que se diseñan las actividades de enseñanza-aprendizaje, y no como una acción posterior” (p. 268). Esta visión promueve una evaluación formativa, continua y contextualizada, que no solo mide resultados, sino que acompaña al estudiante durante todo su proceso de aprendizaje.
Referencia bibliográfica
Díaz Barriga, F., & Hernández Rojas, G. (2010). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo (3.ª ed.). McGraw-Hill. https://dfa.edomex.gob.mx/sites/dfa.edomex.gob.mx/files/files/2_%20estrategias-docentes-para-un-aprendizaje-significativo.pdf