La planificación es pilar fundamental en cualquier proceso evaluativo, dado que esta debe ajustarse a diferentes factores como la coherencia, el tiempo, los instrumentos y, lo más importante, los objetivos que se esperan alcanzar. Para conseguirlo, el docente debe interrogarse con preguntas clave como: ¿Qué evaluar?, ¿Cómo evaluar?, ¿Cuándo evaluar?.
En este sentido, comprender la importancia de la planificación implica mantener el control desde los contenidos que se van a evaluar hasta las circunstancias externas que puedan influir en el proceso. De acuerdo con Quesada Serra et al. (2017)
“Si bien pueden darse diversos grados de complejidad a la hora de planificar la evaluación de un curso, una asignatura o un módulo, es imprescindible que ésta tenga un carácter flexible, que sirva de apoyo durante todo el proceso de enseñanza y aprendizaje” (p. 55).
Esta flexibilidad es crucial, puesto que permite mejorar e innovar en el campo de la educación, al estar este en constante cambio. Cada año trae consigo nuevos enfoques y herramientas. Por ejemplo, en la actualidad, las pruebas se elaboran digitalmente, la observación se realiza a través de un computador y las entrevistas son accesibles debido al Internet.
¿Crees que la planificación e innovación van de la mano para mejorar el proceso evaluativo?
Referencia Bibliográfica
Quesada Serra, V., Rodríguez Gómez, G., & Ibarra Sáez, M. S. (2017). Planificación e Innovación de la Evaluación en Educación Superior: la Perspectiva del Profesorado. Revista de Investigación Educativa, 35(1), 53-69. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=283349061004