El currículo es flexible y abierto, permite a las instituciones educativas y a los equipos de docentes definir, a partir de lo establecido, los contenidos que correspondan a las necesidades e intereses de los estudiantes, y que estén acordes con la realidad institucional y de la comunidad.
(Institución Educativa, 2017. Pag 7,8).
Este enunciado destaca una característica fundamental del currículo en el sistema educativo ecuatoriano: su flexibilidad y apertura. Esto implica que, si bien existen lineamientos y principios establecidos a nivel nacional, las instituciones y docentes tienen la autonomía de ajustar y definir los contenidos según las necesidades, intereses y características específicas de sus estudiantes y comunidades. Esto fomenta una educación contextualizada, relevante y coherente con la realidad local, lo que puede potenciar el compromiso y la motivación de los estudiantes, además de promover la pertinencia social del proceso educativo. Al mismo tiempo, resalta la importancia de que las instituciones eduquen con responsabilidad, respetando los lineamientos nacionales, pero adaptándolos para responder a su contexto particular. Esta visión favorece una educación más inclusiva, democrática y participativa, en la que las comunidades educativas son protagonistas en la construcción de un currículo que refleja sus particularidades y demandas
Referencias bibliografías:
Ministerio de Educación del Ecuador. (2017). Instructivo para planificaciones curriculares del sistema nacional de educación. Unidad Educativa.