La tarea escolar puede reforzar el aprendizaje si se utiliza de forma adecuada. Sirve para repasar lo que se aprendió en clase, practicar habilidades y desarrollar la responsabilidad. Sin embargo, cuando es demasiada o no está bien pensada, puede convertirse en una carga adicional que genera estrés y cansa a los estudiantes. Lo importante es que las tareas sean claras, útiles y proporcionales a la edad y el nivel del alumno. Así, ayudan a fortalecer lo aprendido sin afectar el tiempo de descanso ni la motivación.