La tarea escolar puede reforzar el aprendizaje siempre que sea adecuada en cantidad, nivel de dificultad y propósito. Cuando está bien planificada, permite a los estudiantes repasar y consolidar los conocimientos adquiridos en clase, desarrollar autonomía, responsabilidad y hábitos de estudio. Además, puede ayudar al docente a identificar fortalezas y debilidades del alumno.
Sin embargo, cuando las tareas son excesivas, repetitivas o desconectadas del contenido trabajado, se convierten en una carga adicional que genera estrés, desmotivación y reduce el tiempo para el descanso, el juego o la convivencia familiar, especialmente en niños pequeños. Además, como algunos estudios señalan, si los estudiantes reciben mucha ayuda externa, los objetivos pedagógicos no se cumplen.
Sin embargo, cuando las tareas son excesivas, repetitivas o desconectadas del contenido trabajado, se convierten en una carga adicional que genera estrés, desmotivación y reduce el tiempo para el descanso, el juego o la convivencia familiar, especialmente en niños pequeños. Además, como algunos estudios señalan, si los estudiantes reciben mucha ayuda externa, los objetivos pedagógicos no se cumplen.