El cerebro nunca se queda quieto siempre está cambiando y adaptándose a lo largo de toda nuestra vida. Estos cambios pueden pasar de varias formas:
A nivel químico. Nuestro cerebro usa unos mensajeros llamados neurotransmisores que viajan de una neurona a otra para que se puedan enviar señales. Dependiendo del neurotransmisor que esté en acción podemos sentirnos bien o mal. Aunque estos cambios suelen durar poco, las neuronas pueden acostumbrarse a ciertos neurotransmisores y volverse más sensibles incluso pueden crear más receptores para ellos
A nivel de sinapsis o conexiones neuronales. Las neuronas se conectan entre sí a través de sus ramitas llamadas dendritas. Una sola neurona puede conectarse con cientos o miles de otras y cuando esto pasa en grandes cantidades se forman nuevos circuitos en el cerebro que antes no existían. Esto sucede sobre todo cuando hacemos algo nuevo, y si lo repetimos, ese cambio se vuelve más fuerte y más duradero.
A nivel de la neurogénesis. Es cuando el cerebro crea nuevas neuronas. Esto pasa en lugares como el bulbo olfatorio que nos ayuda a percibir los olores y el hipocampo que tiene que ver con el espacio y la memoria.
Actividades para fomentar la neuroplasticidad.
- Realizar actividades físicas como por ejemplo caminar, correr, nadar, bailar.
- Resolver juegos de lógico como rompecabezas, crucigramas, sudoku, ajedrez.
- Practicar como cepillarte los dientes o escribir con la mano no dominante.
Preguntas:
- Para ti, ¿qué es la neuroplasticidad?
- ¿Qué actividad te gustaría aprender para fomentar tu neuroplasticidad?