La Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) es una herramienta esencial en fisioterapia, ya que permite valorar de forma integral la condición del paciente. La CIF se estructura y compone por dos partes: Funcionamiento y Discapacidad, y Factores Contextuales. Dentro de la primera se analizan las funciones y estructuras corporales, así como las actividades y la participación en la vida cotidiana. La CIF presenta un enfoque biopsicosocial, lo que permite mejorar la planificación terapéutica y optimizar los resultados funcionales.
Dentro de las funciones corporales se incluyen aspectos fisiológicos y psicológicos, mientras que las estructuras se refieren a los componentes anatómicos del cuerpo humano. En cuanto a las actividades, se evalúa la capacidad que tiene el paciente para realizar tareas específicas de la vida diaria, y la participación indica el nivel de implicación del paciente en su entorno familiar, laboral y social. Todos estos aspectos permiten al fisioterapeuta identificar claramente las limitaciones funcionales que presenta el paciente.
Los factores contextuales incluyen elementos ambientales (como barreras arquitectónicas o apoyo social) y personales (como edad, sexo, nivel educativo o estado emocional) que influyen en el proceso de rehabilitación. Comprender cómo estos factores interactúan con las capacidades del individuo resulta fundamental para diseñar un tratamiento efectivo, personalizado y centrado en la funcionalidad real del paciente en su contexto cotidiano.
Bibliografía
Escala CIF: qué es, para qué sirve y por qué es útil. (s. f.). https://somosfarfalina.com/escala-cif-que-es/
Vázquez, T. (2024, 28 marzo). La CIF: Foco actual para abordajes en salud. NeuroClass. https://neuro-class.com/la-cif-foco-actual-para-abordajes-en-salud/