La importancia del etileno en el proceso de maduración de los frutos.
Dentro del estudio de la fisiología vegetal, el etileno ha sido identificado como una de las hormonas más relevantes en el proceso de maduración de frutos, especialmente en los frutos climatéricos como el tomate, el plátano, la manzana y el mango. Este compuesto gaseoso no solo actúa como señalizador, sino también como regulador principal de numerosos procesos bioquímicos y fisiológicos que transforman el fruto desde un estado inmaduro hacia uno comestible y atractivo sensorialmente.
La acción del etileno inicia con su propia biosíntesis a través de un proceso catalizado por dos enzimas esenciales: la ACC sintetasa (1-aminociclopropano-1-carboxílico sintetasa) y la ACC oxidasa (ACO). Estas enzimas son reguladas genéticamente, y el etileno a su vez activa los genes que codifican estas enzimas, generando un ciclo de retroalimentación positiva que intensifica su propia producción conforme avanza la maduración (Nakatsuka et al., 1998). Este mecanismo explica por qué, una vez iniciado el proceso, los frutos maduran rápidamente en condiciones adecuadas.
Desde el punto de vista de las características organolépticas, el etileno es responsable de inducir la actividad de enzimas como las pectinasas, celulasas y otras hidrolasas que actúan sobre la pared celular del fruto, lo que conlleva una textura más blanda. Al mismo tiempo, promueve la acumulación de azúcares, la degradación de ácidos orgánicos y la síntesis de pigmentos como carotenoides y antocianinas, así como compuestos volátiles responsables del aroma característico de cada especie frutal (Liu et al., 2015). Por estas razones, el etileno no solo tiene un papel estructural, sino también sensorial en el proceso de maduración.
En términos fisiológicos más amplios, el etileno no actúa de manera aislada. Estudios recientes han demostrado que esta hormona interactúa con otras señales hormonales como las auxinas, el ácido abscísico y los jasmonatos, lo cual genera una red compleja de regulación génica que controla la expresión de factores de transcripción involucrados en la maduración (Tipu & Sherif, 2024). Esta interacción demuestra que el etileno se encuentra en el centro de un delicado equilibrio que permite coordinar de manera precisa la maduración, permitiendo respuestas específicas ante estímulos internos y externos.
En conclusión, el etileno no es solo una hormona promotora de la maduración, sino un componente clave en la regulación integral del desarrollo del fruto. Su acción multifactorial y su capacidad para interactuar con otras rutas hormonales lo posicionan como un eje central en la fisiología de los frutos, siendo indispensable tanto desde el punto de vista científico como desde la perspectiva agrícola y comercial.
Bibliografía Empleada:
Liu, M., Pirrello, J., Chervin, C., Roustan, JP y Bouzayen, M. (2015). Control de la maduración de la fruta por etileno: Revisitando la compleja red de regulación transcripcional. Fisiología Vegetal , 169(4), 2380–2390. https://doi.org/10.1104/pp.15.01361
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Nakatsuka, A., Murachi, S., Okunishi, H., Shiomi, S., Nakano, R., Kubo, Y., e Inaba, A. (1998). Expresión y regulación por retroalimentación interna de los genes de la ACC sintasa y la ACC oxidasa en la maduración del tomate. Plant and Cell Physiology , 39(12), 1212-1218. https://doi.org/10.1093/oxfordjournals.pcp.a029312