El currículo es un plan de estudios que detalla los objetivos, contenidos, metodologías, recursos y criterios de evaluación para un proceso educativo, y ha cambiado mucho con el tiempo. En la antigua Grecia y Roma, se usaba para formar buenos ciudadanos. Más adelante, en la Edad Media, se enfocaba en lo religioso. Luego, en el Renacimiento, se amplió hacia áreas como el arte, la ciencia y la filosofía.

Ya en el siglo XIX, con la creación de las escuelas públicas, el currículo se volvió más organizado y pensado para preparar a las personas para el trabajo. En el siglo XX, aparecieron ideas que buscaban hacerlo más útil y claro, como el modelo de Tyler, que proponía enseñar con objetivos bien definidos. También surgieron críticas que decían que el currículo debía adaptarse más a las necesidades reales de los estudiantes y a su contexto social.

Hoy en día, el currículo sigue cambiando. Se enfoca en que los estudiantes desarrollen habilidades para la vida, como pensar críticamente, trabajar en equipo o adaptarse a los cambios. Ya no se trata solo de memorizar contenidos, sino de aprender cosas útiles para la vida cotidiana y el futuro.