Lo que pasó en el Quicentro Sur este 4 de abril es simplemente alarmante. El nivel de planificación del intento de asalto al vehículo blindado demuestra que la delincuencia organizada está operando con una sofisticación que ya no se puede ignorar. Diez personas, disfrazadas de médicos y guardias, con pelucas, mascarillas y chalecos, actuaron como si fuera una escena de película. Pero no es ficción, es nuestra cruda realidad.
Lo más preocupante es que todo ocurrió a plena luz del día, en un centro comercial frecuentado por familias, trabajadores y ciudadanos que simplemente estaban haciendo sus actividades diarias. Imaginar que cualquier persona pudo haber estado en medio de ese tiroteo o enfrentamiento es estremecedor.
La delincuencia ya no se limita a lugares oscuros o alejados. Ahora actúan en sitios públicos, concurridos y a cualquier hora. Eso genera una sensación de vulnerabilidad constante. Hoy fue en Quitumbe, mañana puede ser en cualquier otra parte de la ciudad o del país.
También es preocupante que, a pesar de la rápida acción policial, uno se pregunte cuántos de estos asaltantes escaparon y seguirán libres. ¿Qué pasa con la inteligencia policial? ¿Qué pasa con las medidas preventivas? La ciudadanía está cansada de vivir con miedo.
No se puede seguir normalizando la violencia. Este tipo de hechos deberían ser un llamado urgente a las autoridades para tomar decisiones firmes, pero también a la sociedad para no ser indiferente. Nos merecemos vivir sin miedo, nos merecemos seguridad real.
REFERENCIAS: https://www.teleamazonas.com/asalto-blindado-quito-centro-comercial-4-abril/