La gestión financiera es una disciplina clave dentro del ámbito empresarial, ya que se encarga de planificar, organizar, dirigir y controlar los recursos financieros con el fin de lograr los objetivos económicos de una organización. Este proceso no solo implica la administración del dinero, sino también la toma de decisiones estratégicas sobre inversiones, financiamiento y control de gastos, lo cual es esencial para la sostenibilidad y crecimiento de cualquier entidad.
Según Weston y Brigham (1992), la gestión financiera es "la adquisición, el financiamiento y la administración de activos con algún objetivo general en mente". Esta definición enfatiza el uso racional de los recursos para alcanzar metas específicas. Por su parte, Gitman (2007) define la gestión financiera como “el área de las finanzas que aplica los principios económicos y financieros para maximizar el valor de una empresa mediante decisiones de inversión y financiamiento eficientes”. Esta perspectiva resalta el valor añadido que una buena gestión financiera puede generar para los accionistas.
En conclusión, la gestión financiera es un proceso estratégico que permite a las empresas tomar decisiones informadas sobre el uso del dinero, garantizar la liquidez necesaria, controlar los costos, anticiparse a los riesgos y evaluar el desempeño financiero. No se trata únicamente de llevar registros contables, sino de interpretar la información financiera para planificar a futuro, optimizar recursos y asegurar la rentabilidad y estabilidad económica de la organización. En un entorno competitivo y cambiante, contar con una gestión financiera eficaz no es una opción, sino una necesidad para alcanzar el éxito sostenible.