La gestión financiera consiste en planificar estratégicamente las actividades de una empresa y asegurar que todos los departamentos sigan una dirección alineada con los objetivos establecidos. Una gestión financiera eficaz permite al director financiero o al vicepresidente de finanzas proporcionar información clave para desarrollar una visión a largo plazo, orientar decisiones de inversión y definir las formas adecuadas de financiar dichas inversiones. Además, ofrece análisis sobre aspectos fundamentales como la liquidez, la rentabilidad y el flujo de efectivo. Un sistema de gestión financiera integra funciones esenciales como la contabilidad, el control de activos fijos, el reconocimiento de ingresos y el manejo de pagos, lo que permite una supervisión en tiempo real de la situación financiera de la empresa y agiliza tareas operativas, como los cierres contables periódicos.
La importancia de la gestión financiera se basa en:
- La elaboración de estrategias, o identificación de lo que debe ocurrir desde el punto de vista financiero para que la empresa alcance sus objetivos a corto y largo plazo. Los dirigentes necesitan información sobre el rendimiento actual para planificar escenarios, por ejemplo.
- Tomar decisiones, o ayudar a los líderes empresariales a decidir la mejor forma de ejecutar los planes proporcionándoles informes financieros actualizados y datos sobre los KPI relevantes.
- Controlar, o garantizar que cada departamento contribuye a la visión y funciona dentro del presupuesto y de acuerdo con la estrategia.