Coincido en que el manejo del balance hídrico en pacientes quirúrgicos es crucial para prevenir complicaciones graves. De acuerdo con Patiño, una reposición adecuada de líquidos es esencial para mantener la perfusión tisular y la estabilidad hemodinámica, especialmente en cirugías mayores, donde las pérdidas son significativas.
Desde Enfermería, tenemos un rol activo en este proceso. No solo administramos la fluidoterapia prescrita, sino que también evaluamos de forma continua el estado clínico del paciente: controlamos signos vitales, balance hídrico, peso corporal y pérdidas insensibles. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) enfatiza que una valoración integral por parte del personal de enfermería permite detectar signos tempranos de deshidratación o sobrecarga, evitando complicaciones como edema pulmonar o insuficiencia cardíaca.
Además, el seguimiento riguroso del plan de cuidados, la adaptación a la evolución clínica y la educación al paciente son pilares fundamentales de nuestra práctica. El registro detallado de cada intervención garantiza la continuidad y seguridad del cuidado en el entorno quirúrgico.
Desde Enfermería, tenemos un rol activo en este proceso. No solo administramos la fluidoterapia prescrita, sino que también evaluamos de forma continua el estado clínico del paciente: controlamos signos vitales, balance hídrico, peso corporal y pérdidas insensibles. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) enfatiza que una valoración integral por parte del personal de enfermería permite detectar signos tempranos de deshidratación o sobrecarga, evitando complicaciones como edema pulmonar o insuficiencia cardíaca.
Además, el seguimiento riguroso del plan de cuidados, la adaptación a la evolución clínica y la educación al paciente son pilares fundamentales de nuestra práctica. El registro detallado de cada intervención garantiza la continuidad y seguridad del cuidado en el entorno quirúrgico.