La integración del Sistema Financiero Nacional (SFN) tiene un papel decisivo en la planificación, ejecución y control de las finanzas públicas en el Ecuador, ya que permite articular a las diferentes instituciones que gestionan los recursos monetarios del país en función del cumplimiento de las políticas públicas.
Según el Código Orgánico Monetario y Financiero (COMF), el SFN está conformado por el Banco Central del Ecuador (BCE), las instituciones del sistema financiero público y privado, las del sector popular y solidario, los mercados de valores, seguros y servicios auxiliares, además de los organismos de control como la Superintendencia de Bancos y la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (Art. 2). Esta diversidad de actores requiere una integración funcional que asegure el cumplimiento de los objetivos macroeconómicos del país.
En este contexto, el Banco Central del Ecuador cumple un rol central, ya que actúa como ente rector y articulador del sistema. Entre sus funciones están la administración de las reservas internacionales, la gestión del sistema nacional de pagos y la provisión de estadísticas macroeconómicas que guían la formulación de políticas fiscales y monetarias. En un país dolarizado como Ecuador, donde no existe soberanía monetaria, el BCE adquiere aún más relevancia al regular la liquidez del sistema financiero y garantizar su estabilidad.
Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, el BCE coordinó con el Ministerio de Economía y Finanzas y los bancos públicos líneas de crédito de emergencia para apoyar a la población vulnerable y reactivar la economía. Esto evidencia cómo la integración del SFN fortalece la gestión pública cuando existe alineación entre instituciones.
En conclusión, una integración efectiva del sistema financiero permite optimizar la gestión de recursos públicos, favorece la transparencia en el uso del presupuesto estatal y fortalece la capacidad del Estado para responder ante emergencias económicas y sociales.