La importancia de los compuestos orgánicos a mi criterio, es su papel como puente entre la biología y la tecnología emergente. Más allá de sus usos tradicionales en la medicina o la industria, los compuestos orgánicos están dando forma a una nueva era de materiales inteligentes y sostenibles. Por ejemplo, estructuras orgánicas como los polímeros conductores y los compuestos orgánicos semiconductores están revolucionando la electrónica blanda (pantallas flexibles, sensores biomédicos implantables) al ofrecer una alternativa menos tóxica, más liviana y biodegradable que los materiales inorgánicos convencionales.
Esto no solo transforma la forma en que interactuamos con la tecnología, sino que también abre la puerta a soluciones ecológicas frente al problema del e-waste (residuos electrónicos), usando la química orgánica como herramienta para humanizar la tecnología sin romper el equilibrio con el medio ambiente. Así, los compuestos orgánicos no solo son parte de nuestra vida diaria, están rediseñando el futuro de cómo coexistimos con lo artificial.