Buenas tardes compañera..
A diferencia de los carbohidratos y lípidos, el cuerpo humano no cuenta con un sistema específico para almacenar proteínas, ya que estas cumplen funciones vitales estructurales, enzimáticas, hormonales y de defensa, por lo que se mantienen en constante uso dentro de tejidos funcionales como el músculo o el hígado (Guyton & Hall, 2021). Utilizarlas como reserva energética solo ocurre en situaciones críticas, como el ayuno prolongado, donde tras agotar el glucógeno y movilizar lípidos, el organismo comienza a degradar proteínas musculares para obtener aminoácidos necesarios en procesos como la gluconeogénesis y la síntesis de neurotransmisores (Murray et al., 2022; Barrett et al., 2021). Esta degradación tiene un alto costo fisiológico, pues implica la pérdida de masa muscular y disminución funcional. En condiciones clínicas como el cáncer o la caquexia, este proceso se intensifica debido a la acción de citoquinas inflamatorias como el TNF-α e IL-6, que estimulan la proteólisis a través de vías como el sistema ubiquitina-proteasoma, provocando debilidad, inmunosupresión y mayor riesgo de complicaciones (Argilés et al., 2014; Tisdale, 2009). Dado que el cuerpo no almacena proteínas como una reserva energética, la disponibilidad de aminoácidos depende de una ingesta dietética continua y suficiente, lo cual cobra especial relevancia en pacientes hospitalizados, personas con enfermedades crónicas o en estados hipercatabólicos. Esta característica del metabolismo proteico refuerza la necesidad de estrategias nutricionales específicas para preservar la masa muscular y apoyar la recuperación en condiciones clínicas adversas (Phillips et al., 2016).
Referencias bibliográficas:
Argilés, J. M., Busquets, S., Stemmler, B., & López-Soriano, F. J. (2014). Cachexia and sarcopenia: Mechanisms and potential targets for intervention. Current Opinion in Pharmacology, 22, 100–106. https://doi.org/10.1016/j.coph.2015.04.003
Barrett, K. E., Barman, S. M., Brooks, H. L., & Yuan, J. X.-J. (2021). Ganong. Fisiología médica (26.ª ed.). McGraw-Hill.
Guyton, A. C., & Hall, J. E. (2021). Tratado de fisiología médica (14.ª ed.). Elsevier.
Murray, R. K., Bender, D. A., Botham, K. M., Kennelly, P. J., Rodwell, V. W., & Weil, P. A. (2022). Harper: Bioquímica ilustrada (31.ª ed.). McGraw-Hill.
Phillips, S. M., Chevalier, S., & Leidy, H. J. (2016). Protein “requirements” beyond the RDA: Implications for optimizing health. Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism, 41(5), 565–572. https://doi.org/10.1139/apnm-2015-0550
Tisdale, M. J. (2009). Mechanisms of cancer cachexia. Physiological Reviews, 89(2), 381–410. https://doi.org/10.1152/physrev.00016.2008
A diferencia de los carbohidratos y lípidos, el cuerpo humano no cuenta con un sistema específico para almacenar proteínas, ya que estas cumplen funciones vitales estructurales, enzimáticas, hormonales y de defensa, por lo que se mantienen en constante uso dentro de tejidos funcionales como el músculo o el hígado (Guyton & Hall, 2021). Utilizarlas como reserva energética solo ocurre en situaciones críticas, como el ayuno prolongado, donde tras agotar el glucógeno y movilizar lípidos, el organismo comienza a degradar proteínas musculares para obtener aminoácidos necesarios en procesos como la gluconeogénesis y la síntesis de neurotransmisores (Murray et al., 2022; Barrett et al., 2021). Esta degradación tiene un alto costo fisiológico, pues implica la pérdida de masa muscular y disminución funcional. En condiciones clínicas como el cáncer o la caquexia, este proceso se intensifica debido a la acción de citoquinas inflamatorias como el TNF-α e IL-6, que estimulan la proteólisis a través de vías como el sistema ubiquitina-proteasoma, provocando debilidad, inmunosupresión y mayor riesgo de complicaciones (Argilés et al., 2014; Tisdale, 2009). Dado que el cuerpo no almacena proteínas como una reserva energética, la disponibilidad de aminoácidos depende de una ingesta dietética continua y suficiente, lo cual cobra especial relevancia en pacientes hospitalizados, personas con enfermedades crónicas o en estados hipercatabólicos. Esta característica del metabolismo proteico refuerza la necesidad de estrategias nutricionales específicas para preservar la masa muscular y apoyar la recuperación en condiciones clínicas adversas (Phillips et al., 2016).
Referencias bibliográficas:
Argilés, J. M., Busquets, S., Stemmler, B., & López-Soriano, F. J. (2014). Cachexia and sarcopenia: Mechanisms and potential targets for intervention. Current Opinion in Pharmacology, 22, 100–106. https://doi.org/10.1016/j.coph.2015.04.003
Barrett, K. E., Barman, S. M., Brooks, H. L., & Yuan, J. X.-J. (2021). Ganong. Fisiología médica (26.ª ed.). McGraw-Hill.
Guyton, A. C., & Hall, J. E. (2021). Tratado de fisiología médica (14.ª ed.). Elsevier.
Murray, R. K., Bender, D. A., Botham, K. M., Kennelly, P. J., Rodwell, V. W., & Weil, P. A. (2022). Harper: Bioquímica ilustrada (31.ª ed.). McGraw-Hill.
Phillips, S. M., Chevalier, S., & Leidy, H. J. (2016). Protein “requirements” beyond the RDA: Implications for optimizing health. Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism, 41(5), 565–572. https://doi.org/10.1139/apnm-2015-0550
Tisdale, M. J. (2009). Mechanisms of cancer cachexia. Physiological Reviews, 89(2), 381–410. https://doi.org/10.1152/physrev.00016.2008