El proceso de curtido vegetal presenta varias limitaciones frente al curtido tradicional al cromo. En primer lugar, el tiempo de producción es significativamente mayor en el curtido vegetal, lo que afecta la eficiencia industrial. Además, los cueros vegetales muestran propiedades físico-mecánicas inferiores: menor resistencia a la tracción, menor capacidad de elongación antes de la rotura y mayor rigidez, limitando su uso en productos que requieren alta flexibilidad y durabilidad.
También, el cuero curtido vegetal tiene menor resistencia al agua, siendo más vulnerable a deformaciones y daños en ambientes húmedos. Su acabado puede presentar variaciones en color y textura, con menor uniformidad que el cuero curtido al cromo. Otra limitación es su sensibilidad a la luz solar, que puede provocar cambios de color y envejecimiento prematuro. En condiciones extremas, como altas temperaturas o exposición a agentes químicos, el cuero vegetal muestra menor estabilidad y durabilidad.
Por otro lado, el curtido al cromo ofrece ventajas claras: proceso rápido, mayor resistencia mecánica, flexibilidad superior, durabilidad en condiciones adversas y estabilidad del color. Sin embargo, el curtido al cromo genera residuos más contaminantes y enfrenta restricciones ambientales crecientes, lo que hace que el curtido vegetal gane relevancia por su menor impacto ambiental y su carácter ecológico, aunque con las limitaciones funcionales mencionadas.