He aprendido que la escucha activa es más difícil de lo que parece. Aún recuerdo una vez en que necesitaba ser escuchada de verdad. Estaba pasando por un momento difícil y le conté a alguien en quien confiab pero no me prestó atención. Me hablaba encima, cambiaba de tema o simplemente miraba el celular. Me sentí invisible, como si mis palabras no valieran. Ese momento me enseñó lo importante que es escuchar con el corazón. Por eso, ahora que sé lo que se siente no ser escuchada, intento estar presente para los demás, con empatía y sin distracciones. A veces, lo único que necesitamos es alguien que nos escuche de verdad.
( Existe otra experiencia similar pero viseversa)