Los alimentos transgénicos ayudan a producir más y resisten mejor las plagas, pero no se sabe con certeza qué tanto afectan la salud o el ambiente. En cambio, los no transgénicos, sobre todo si son orgánicos, son más sanos y cuidan mejor la tierra, aunque cuestan más producirlos.
Yo creo que Ecuador debería enfocarse en la producción no transgénica. Tenemos una tierra rica, variedad de cultivos y una cultura agrícola que vale la pena proteger. Además, eso nos permite ofrecer productos naturales al mundo y cuidar la salud de nuestra gente.