La comunicación digital se ha vuelto parte de nuestra vida diaria, pero no siempre funciona de forma perfecta. Hay varios momentos en los que se puede ver interrumpida, y eso afecta mucho la manera en que nos entendemos con los demás. Por ejemplo, puede fallar el internet, la plataforma que usamos se puede caer, o nuestro dispositivo puede tener algún problema, como que no funcione el micrófono o la cámara. También influyen factores humanos, como cuando una persona se distrae, tarda en responder o manda mensajes confusos que se malinterpretan.
Además, hay veces en que hay mucho ruido alrededor, o simplemente no sabemos usar bien la herramienta que tenemos. Todo esto puede causar malentendidos o que la conversación se corte de golpe. Por eso es importante no solo tener buena conexión, sino también estar atentos, ser claros y usar bien la tecnología. Así se evitan errores y se mejora la comunicación, aunque sea a distancia.