Elijo el modelo Reggio Emilia porque promueve una educación *activa, creativa, colaborativa y profundamente respetuosa del niño* como sujeto capaz, curioso y constructor de su propio aprendizaje. Este enfoque permite desarrollar no solo habilidades cognitivas, sino también socioemocionales, artísticas y comunicativas, claves para un desarrollo integral en la infancia. Además, involucra a la familia y a la comunidad en el proceso educativo, lo que fortalece los vínculos y el sentido de pertenencia.
Escenario centro educativo de primera infancia (niños de 3 a 6 años) ubicado en una comunidad urbana, con espacios amplios, acceso a materiales artísticos y un equipo docente capacitado en pedagogía activa.
Materiales
* *Materiales naturales y reciclados:* hojas, piedras, cartón, telas, barro, botellas, madera.
* *Materiales artísticos:* témperas, acuarelas, crayones, pinceles, tijeras, pegamento.
* *Tecnología básica:* cámara fotográfica y grabadora para documentar procesos.
* *Espacios funcionales:* atelier (taller creativo), zonas de lectura, rincón de ciencia, y área al aire libre con plantas.
* *Paneles de documentación:* para mostrar fotos, dibujos y frases de los niños.
Procesos
1. *Escuchar y observar al niño:* Identificar sus intereses, ideas, preguntas y expresiones espontáneas.
2. *Plantear proyectos basados en sus intereses:* Por ejemplo, si los niños muestran curiosidad por los insectos, iniciar una investigación conjunta sobre ellos.
3. *Diseñar experiencias abiertas:* Ofrecer materiales variados y permitir exploración libre, promoviendo el pensamiento crítico y la expresión creativa.
4. *Fomentar la participación:* Invitar a las familias a colaborar, compartir saberes y participar en los proyectos.
5. *Documentar el proceso:* Tomar fotos, registrar frases, y recopilar producciones para visibilizar el aprendizaje.
6. *Reflexionar con los niños:* Mostrar lo que han creado, generar conversaciones sobre lo aprendido y abrir nuevas preguntas.
7. *Acompañar sin dirigir:* Guiar el proceso sin imponer contenidos, promoviendo autonomía y colaboración.
Este modelo fortalece el lenguaje, la creatividad, la resolución de problemas, la convivencia, el respeto por el entorno y la autoestima del niño. Al trabajar en proyectos significativos, los niños se sienten valorados como pensadores.