Los ratios de endeudamiento son indicadores financieros que nos permiten analizar qué parte de los activos de una empresa está siendo financiada con deudas. Son muy útiles para evaluar la solvencia y el riesgo financiero que enfrenta una organización. Uno de los más comunes es el ratio de endeudamiento general, que se calcula dividiendo el pasivo total entre el activo total (Pasivo Total / Activo Total). También existe el ratio de endeudamiento a largo plazo, que se enfoca solo en las deudas de largo plazo.
Interpretar estos ratios implica entender cuánto depende una empresa del financiamiento externo. Por ejemplo, si el ratio es 0,6 significa que el 60 % de los activos se financian con deudas, lo cual puede indicar un alto riesgo si no se gestiona bien. Sin embargo, también podría ser una estrategia para crecer más rápido si se usa adecuadamente.
Estos ratios son clave para tomar decisiones financieras, ya que nos permiten saber si es conveniente adquirir nuevas deudas, renegociar pasivos o mejorar la estructura de capital. Por ejemplo, un ratio muy alto podría alertar a los inversionistas o a los bancos sobre el nivel de riesgo que implica prestar dinero a esa empresa.
No obstante, tienen limitaciones. Una de ellas es que no muestran la calidad de la deuda ni la capacidad real de pago. Además, pueden variar mucho entre industrias, por lo que es importante comparar con empresas del mismo sector. Como explica Gitman y Zutter (2012), los ratios son herramientas útiles, pero no deben analizarse de forma aislada, sino dentro de un análisis financiero integral.
Fuente consultada:
Gitman, L. J., & Zutter, C. J. (2012). Principios de administración financiera. Pearson Educación.