El comentario presenta una descripción general de los elementos que componen un texto académico y de las etapas del proceso de escritura, sin embargo, carece de profundidad analítica y presenta varios problemas de redacción y estructura. Por ejemplo, se mencionan conceptos clave como “audiencia”, “tópico” y “propósito”, pero la explicación de estos es superficial y repetitiva, lo que limita su utilidad para comprender verdaderamente su función dentro del texto académico. Además, hay inconsistencias en el uso de conectores y una notoria falta de cohesión, lo que contradice la propia afirmación del comentario sobre la importancia de la coherencia y la cohesión en un escrito académico. Asimismo, el uso del lenguaje es ambiguo y poco técnico en algunas partes; por ejemplo, frases como “manda sus intenciones” resultan poco precisas en un contexto académico. Finalmente, aunque se menciona la importancia de habilidades discursivas y de un registro formal en la escritura técnica, no se desarrolla ni ejemplifica adecuadamente esta idea. En conjunto, el comentario necesita una revisión profunda para lograr claridad, precisión y coherencia, cualidades esenciales en cualquier texto que pretenda ser acemico