Metabolismo de Lípidos

Metabolismo de Lípidos

de MENDOZA TELLO DIEGO JOSIMAR -
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Adaptaciones al ejercicio físico en el perfil lipídico y la salud cardiovascular de obesos mórbidos

Este estudio tuvo como objetivo evaluar el impacto de un programa de ejercicio físico de seis meses en el perfil lipídico, el peso corporal y la salud cardiovascular de pacientes obesos mórbidos candidatos a cirugía bariátrica. Participaron 22 personas divididas en dos grupos: adherente (asistencia ≥ 80%) y no adherente (asistencia < 80%).

Los resultados mostraron que el grupo adherente logró reducciones significativas en peso, índice de masa corporal (IMC), contorno de cintura, presión diastólica, glucemia basal y niveles de triglicéridos, además de mejoras en la capacidad cardiorrespiratoria. En contraste, el grupo no adherente tuvo mejoras menores, y no significativas en su perfil lipídico.

Énfasis en la alimentación y el perfil lipídico:

Aunque el estudio se enfocó principalmente en el ejercicio, también subraya indirectamente la importancia de mantener patrones alimentarios constantes durante la intervención para evaluar con claridad el impacto del ejercicio. Sin embargo, se resalta que la combinación de ejercicio físico estructurado y asesoría nutricional es fundamental para mejorar el perfil lipídico, especialmente en cuanto a la reducción de triglicéridos, un componente clave relacionado con la dieta.

Una alimentación saludable —baja en grasas saturadas, azúcares refinados y alta en fibra, frutas, verduras y ácidos grasos insaturados— es esencial para mantener niveles adecuados de colesterol total, colesterol HDL (bueno), LDL (malo) y triglicéridos. El estudio refuerza la idea de que intervenciones basadas en el estilo de vida, donde la alimentación juega un rol crucial, deben formar parte del tratamiento integral de la obesidad mórbida para reducir el riesgo cardiovascular y mejorar el metabolismo lipídico.

Conclusión
El ejercicio físico tiene un efecto positivo directo en el perfil lipídico, especialmente en los triglicéridos, pero su eficacia se potencia cuando va acompañado de una alimentación equilibrada. Por lo tanto, una dieta saludable contribuye de manera esencial al mantenimiento de niveles adecuados de lípidos en sangre y, junto con el ejercicio, mejora significativamente la salud cardiovascular.