Los cuidados de enfermería constituyen un proceso integral que abarca la preparación pre-procedimiento y post-tratamiento. La evaluación inicial del acceso vascular es fundamental, verificando la permeabilidad y ausencia de signos de infección en fístulas, injertos o catéteres. Durante la conexión, la aplicación de técnicas asépticas estrictas previene complicaciones infecciosas potencialmente mortales.
El monitoreo continuo de signos vitales, especialmente presión arterial y frecuencia cardíaca, permite detectar precozmente hipotensión o arritmias. La vigilancia del balance hídrico y la ultrafiltración programada requiere ajustes constantes según la respuesta del paciente. Una vigilancia constante para detectar y manejar complicaciones como, calambres o náuseas .
El procedimiento de desconexión presenta una secuencia metodológica que evidencia integración de conocimientos fisiopatológicos y competencias técnicas. La utilización del sistema de reinfusión directa desde el circuito dialítico, en lugar del método tradicional con suero fisiológico externo, demuestra la evolución tecnológica en terapias de reemplazo renal y la adaptación del personal de enfermería a estas innovaciones.
La recuperación sistemática de aproximadamente 300ml de volumen sanguíneo del circuito refleja una comprensión profunda de la homeostasis hematológica y la prevención de pérdidas hemáticas innecesarias. La evaluación sistemática del estado de coagulación del dializador y la comunicación inmediata con el equipo médico sobre hallazgos significativos refleja la capacidad de análisis clínico y toma de decisiones autónoma característica del rol de enfermería.
Las medidas de bioseguridad post-tratamiento implementadas, incluyendo el control de hemorragias mediante compresión directa, aplicación de apósitos compresivos y vigilancia durante 10-15 minutos.