Una vez analizado el libro, encontramos cuatro principales tipos: Topping, Hydroskimming, Conversión y Conversión profunda.
El primer tipo es el Topping, es el esquema más básico de refinación. Se basa únicamente en una operación de destilación atmosférica, donde el crudo se separa físicamente en fracciones sin que haya transformación química. Entre los productos que se obtienen están el GLP, las naftas, etc. Los productos resultantes suelen no cumplir con las exigentes especificaciones comerciales actuales. El segundo tipo es Hydroskimming, que parte del anterior y le añade procesos auxiliares como el reformado catalítico, la hidrodesulfuración, el endulzamiento, el tratamiento con aminas y la recuperación de azufre. Esto permite obtener gasolinas con mayor octanaje y gasóleos de mejor calidad, además de reducir el contenido de compuestos contaminantes como el azufre El tercer esquema, Conversión, incorpora tecnologías que permiten transformar fracciones pesadas en productos más ligeros y de alto valor comercial. Entre estos procesos se encuentran la destilación al vacío, el cracking catalítico fluido o FCC y el postratamiento de productos. Estos métodos permiten a la refinería ser más flexible ante los cambios del mercado y aumentar significativamente el rendimiento en combustibles. Por último, el esquema más complejo es el de Conversión profunda, que incluye procesos de máxima severidad como la coquización retardada. Su objetivo es minimizar la producción de residuos pesados y maximizar la obtención de productos ligeros valiosos. Se habla también de otros esquemas, en ellos encontramos el: Visbreaking y Hydrocracking. El visbreaking es un proceso térmico moderado que reduce la viscosidad de los residuos pesados, el hydrocracking es un proceso complejo que emplea hidrógeno y catalizadores para romper moléculas pesadas y generar productos de alto valor como gasóleos y naftas de alta calidad.