En lo personal a mi me pareció mejor la intervención familiar que se llevó a cabo con el paciente con consumo fue positiva y necesaria. Ayudó a que todos los miembros de la familia pudieran hablar sobre cómo se sienten y cómo el consumo de sustancias ha afectado la vida familiar, no solo la del paciente.
Uno de los aspectos más valiosos fue que la familia comenzó a entender que el problema no es solo del paciente, sino que todos, de alguna manera, participan en las dinámicas que pueden ayudar o dificultar su recuperación. Esto permitió abrir un espacio para mejorar la comunicación, expresar emociones que estaban guardadas y empezar a construir relaciones más sanas, me parece un enfoque cuando se trabaja con personas con consumo y cuando existe un compromiso familiar, ya que en mejorar el entorno en el que una persona se desenvuelve, puede tener una mejor adherencia al tratamiento.