El conformismo no es bueno ni malo por sí mismo; su valor depende del contexto y de cómo se aplica en la vida de cada persona. Ser conformistas puede ayudarnos a vivir con gratitud y a aceptar ciertas situaciones que no podemos cambiar, pero cuando se convierte en una actitud permanente, puede limitar nuestro crecimiento y hacernos renunciar a nuestras metas. Por eso, lo más saludable es encontrar un equilibrio: aprender a valorar lo que tenemos, sin dejar de esforzarnos por mejorar, avanzar y transformar lo que sí está en nuestras manos. Pero en si no es bueno ser conformista ya que no vera más allá de sus metas y se conformará con lo simple