¿Es bueno ser conformista?

Re: ¿Es bueno ser conformista?

de ARGUELLO OZORIO DANIELA ALEJANDRA -
Número de respuestas: 0
En apariencia, el conformismo puede parecer una forma de tranquilidad. Muchas veces se nos enseña que hay que aceptar lo que tenemos, que debemos estar agradecidos y no quejarnos demasiado. Sin embargo, cuando esta actitud se convierte en una norma de vida, puede transformarse en una barrera que impide nuestro desarrollo personal, emocional y social.

Aceptar situaciones injustas en el trabajo, mantener relaciones que nos dañan o seguir un estilo de vida que no nos hace felices solo por miedo al cambio es una forma silenciosa de rendirse. No porque no tengamos opciones, sino porque nos han enseñado a no buscar más, a no incomodar, a no soñar demasiado alto.

Pero, ¿qué pasa cuando ese mismo conformismo se extiende al ámbito social? Cuando normalizamos la corrupción, la desigualdad o el maltrato solo porque “así siempre ha sido”, nos volvemos cómplices del estancamiento. Nada cambia si nadie se atreve a cuestionar. Nada mejora si todos bajamos la cabeza y seguimos la corriente.

Por eso, pienso que no es bueno ser conformistas con lo que tenemos si eso implica renunciar a lo que merecemos. Claro que es importante valorar lo que ya hemos alcanzado, pero eso no debe impedirnos aspirar a más. La crítica y la inconformidad, cuando se dirigen con responsabilidad, son herramientas poderosas para transformar nuestra realidad, tanto en lo individual como en lo colectivo.

No se trata de vivir en constante queja o de desearlo todo. Se trata de no quedarnos inmóviles ante lo que nos incomoda, de atrevernos a buscar una vida más plena, más justa, más auténtica. Desde los hábitos que repetimos cada día hasta las decisiones grandes como el trabajo o nuestras relaciones, deberíamos preguntarnos siempre: ¿esto es realmente lo mejor que puedo tener, o solo es lo que me han dicho que debo aceptar?

En definitiva, el conformismo puede dar una falsa sensación de calma, pero muchas veces nos impide crecer y ser verdaderamente libres. Por eso, es necesario cultivar una actitud crítica, valiente y activa. No para rechazar todo lo que tenemos, sino para atrevernos a construir algo mejor.