La guerra civil entre los conquistadores peruanos en el período colonial fue la consecuencia de varios factores que aparecieron después de conquistar el imperio inca. Las ambiciones personales de los líderes españoles, como Francis Pizarro y Diego de Almagro, condujeron a la controversia sobre el área y el control de la riqueza. Estos competidores fueron reforzados debido a la falta de autoridad central estable y la ausencia de un marco legal claro que regula la propagación de la tierra y el poder político. Además, las diferencias en las estrategias de colonización y las alianzas se ven exacerbadas por diferentes grupos de tensión inicial entre los conquistadores
Este conflicto interno tuvo un impacto significativo en el período colonial. La inestabilidad política adquirida debilitó la capacidad del español para fortalecer su dominio sobre las áreas conquistadas, lo que permite que algunas comunidades originales resisten la colonización más efectiva. Las guerras civiles también establecieron un precedente para los conflictos internos entre los conquistadores, que duraron en la administración colonial, que influyó en el gobierno y el desarrollo económico de la región. La violencia y la desorganización también contribuyeron al uso y la supresión de los pueblos indígenas, ya que los conquistadores buscaban recursos para financiar sus campañas militares y fortalecer su poder.