El examen clínico traumatológico es un proceso sistemático, detallado y dirigido que tiene como objetivo principal evaluar el estado funcional y estructural del sistema musculoesquelético tras un evento traumático, y representa una de las herramientas fundamentales para establecer un diagnóstico preciso, orientar el tratamiento y monitorizar la evolución de las lesiones traumáticas. Este examen es aplicado en pacientes que presentan desde lesiones agudas —como fracturas, esguinces, luxaciones, contusiones o desgarros musculares— hasta secuelas crónicas o complicaciones derivadas de traumatismos no tratados adecuadamente. Se compone de varias fases: la inspección visual, la palpación, la evaluación del rango de movimiento (activo y pasivo), pruebas musculares, análisis de la marcha o función, y pruebas clínicas específicas según la articulación o estructura afectada. Su correcta ejecución permite identificar signos clínicos como deformidades, edemas, hematomas, restricciones funcionales, inestabilidad articular o dolor localizado, lo cual es esencial para una intervención terapéutica oportuna. En la actualidad, el examen clínico traumatológico ha evolucionado gracias al uso de herramientas complementarias como la ecografía musculoesquelética en tiempo real, la integración con la historia clínica electrónica, y el uso de escalas estandarizadas de valoración funcional (por ejemplo, la escala de Constant-Murley para el hombro o la escala de Lysholm para rodilla), lo que proporciona una evaluación más objetiva y reproducible. Además, su aplicación no solo se limita a médicos traumatólogos, sino que también forma parte del trabajo clínico de fisioterapeutas, médicos deportivos, médicos de urgencias, y rehabilitadores físicos, todos los cuales utilizan los hallazgos del examen para planificar estrategias terapéuticas personalizadas, evaluar la eficacia del tratamiento y decidir el momento del alta clínica o retorno a la actividad. En el contexto contemporáneo, se insiste también en una valoración clínica integral que considere el entorno biopsicosocial del paciente, especialmente en deportistas o trabajadores cuya recuperación funcional es clave para su desempeño. Por todo ello, el examen clínico traumatológico sigue siendo una piedra angular en la práctica médica moderna, al proporcionar datos clínicos valiosos que, junto con estudios de imagen y pruebas complementarias, orientan la toma de decisiones basada en evidencia, garantizando un abordaje seguro, eficiente y centrado en las necesidades del paciente.
Referencias
Federación Internacional de Terapia Manual Ortopédica (IFOMPT). (2020). Guía para la evaluación clínica musculoesquelética en fisioterapia ortopédica, Cap-3.
Kendall, F. P., McCreary, E. K., Provance, P. G., Rodgers, M. M. y Romani, W. A. (2020). Músculos: prueba y función con postura y dolor (6ª ed.). Wolters Kluwer.