Examen Clínico Traumatológico

Examen Clínico Traumatológico

de CHANCUSI MOROCHO CAROLINA LILIBETH -
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El examen clínico traumatológico es una herramienta fundamental, especialmente en el abordaje inicial de pacientes que presentan lesiones del sistema músculo-esquelético, ya sean agudas o crónicas. Este examen permite al profesional de salud realizar una valoración estructurada y objetiva de los distintos componentes del aparato locomotor, incluyendo huesos, articulaciones, músculos, ligamentos y estructuras neurológicas relacionadas. Su principal objetivo es identificar signos clínicos que orienten hacia un diagnóstico preciso, sin depender exclusivamente de exámenes complementarios. De hecho, un examen físico bien ejecutado puede ser suficiente para detectar lesiones importantes, guiar el tratamiento inmediato y prevenir complicaciones, especialmente en entornos de urgencia o en atención primaria.

El proceso del examen clínico traumatológico se desarrolla en diferentes etapas que deben seguir un orden sistemático. La primera es la inspección, que consiste en observar visualmente la zona lesionada. Durante esta fase se buscan deformidades, edema, hematomas, equimosis, cambios en la coloración de la piel, posturas anómalas adoptadas por el paciente debido al dolor y la presencia o ausencia de movimientos espontáneos. También es importante comparar con el lado contralateral para detectar asimetrías. A continuación, se realiza la palpación, que permite identificar puntos dolorosos, aumento de temperatura, crepitaciones (roce óseo), masas, tumefacción o discontinuidades óseas que podrían indicar fracturas.

Posteriormente, se evalúa la movilidad articular tanto de forma activa como pasiva. La movilidad activa la realiza el propio paciente, mientras que la pasiva la ejecuta el examinador. Esta parte del examen permite determinar la amplitud del movimiento, la presencia de dolor, rigidez, bloqueos o inestabilidad en la articulación afectada. La restricción del rango de movimiento es un dato importante para diferenciar entre lesiones mecánicas, inflamatorias o neurológicas.

Un examen clínico bien orientado permite una utilización más racional de los estudios complementarios, como radiografías, ecografías, tomografía computarizada o resonancia magnética. Para que el examen clínico traumatológico sea verdaderamente eficaz, el profesional de salud debe poseer un profundo conocimiento de la anatomía funcional, comprender los mecanismos de lesión, saber ejecutar las maniobras clínicas correctamente y tener la experiencia suficiente para interpretar los hallazgos de forma adecuada. 



BIBLIOGRAFÍA

  1. Cortés J, Andreu J, Soler R. Examen físico en traumatología: pautas para la exploración sistemática. Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología. 2022;66(1):52–60.