Como futura docente, entiendo que mi rol es fundamental para promover una interculturalidad crítica desde las aulas. No basta con enseñar sobre la diversidad cultural de forma superficial, sino que es necesario desarrollar en los estudiantes una mirada reflexiva que cuestione las desigualdades y valore los saberes de todos los pueblos y nacionalidades.
Mi aporte comienza con el reconocimiento de que la escuela no es un espacio neutral: muchas veces reproduce estereotipos o ignora las realidades culturales de los estudiantes. Por eso, debo diseñar experiencias de aprendizaje que incluyan las lenguas, costumbres, historias y conocimientos de las distintas culturas que forman parte del país, especialmente aquellas que han sido históricamente marginadas.