Es un aspecto fundamental en el éxito de cualquier tratamiento de rehabilitación física. Se refiere al grado en que un paciente sigue las indicaciones, recomendaciones y programas establecidos por el fisioterapeuta, incluyendo la asistencia a sesiones, la realización de ejercicios en casa y la modificación de hábitos de vida. Una buena adherencia no solo mejora los resultados clínicos, sino que también acelera el proceso de recuperación, reduce el riesgo de recaídas y optimiza el uso de los recursos sanitarios.
Diversos factores pueden influir en la adherencia del paciente, como la motivación, la comprensión del tratamiento, el nivel de dolor, la relación con el profesional de salud y el apoyo social. La comunicación efectiva entre fisioterapeuta y paciente es clave para fomentar la confianza y el compromiso. Cuando el paciente entiende los objetivos del tratamiento y siente que sus necesidades y preocupaciones son escuchadas, es más probable que siga las indicaciones con disciplina.
Además, es importante individualizar los programas de fisioterapia. Un plan adaptado a las capacidades físicas, estilo de vida y preferencias del paciente puede mejorar notablemente la adherencia. Incluir tecnologías como aplicaciones móviles para seguimiento de ejercicios, recordatorios y retroalimentación también ha demostrado ser útil para aumentar la participación activa del paciente en su tratamiento.