En mi opinión personal, considero que pedir perdón por la Conquista de América es un tema muy delicado, pero necesario de analizar con madurez histórica. Como persona nacida en América, no puedo ignorar que los efectos de la colonización aún se sienten en muchas comunidades indígenas que viven en condiciones de desigualdad, marginación y falta de oportunidades. Sin embargo, también creo que exigir una disculpa formal por parte de España o la Iglesia católica, tantos siglos después, no resolvería esos problemas de fondo. Es verdad que durante la conquista se cometieron actos de violencia, explotación y sometimiento de los pueblos originarios. Las mitas, los encomenderos, los obrajes y otros sistemas de trabajo forzado dejaron una profunda huella de injusticia. Pero también es cierto que la mayoría de muertes indígenas no fue directamente causada por los españoles, sino por enfermedades como la viruela, que se propagaron sin control. Además, a diferencia de otros procesos coloniales, como el inglés en Norteamérica, en América Latina hubo un fuerte mestizaje cultural. No se exterminó a los pueblos nativos por completo, y muchas de sus tradiciones, lenguas y cosmovisiones siguen vivas, aunque con grandes dificultades. Desde mi punto de vista, más que una disculpa pública, lo que necesitamos es una reflexión colectiva sobre nuestro pasado. Que España y la Iglesia reconozcan su papel histórico con honestidad, sin negarlo ni justificarlo, pero también sin imponer culpas a las generaciones actuales. Lo más valioso sería que ese reconocimiento se traduzca en acciones concretas: apoyo a los pueblos indígenas, inversión en educación intercultural, defensa de sus derechos, y visibilidad en la historia oficial.d
Aemás, como sociedades americanas, también tenemos la responsabilidad de mirar hacia adentro. No podemos seguir culpando solo al pasado colonial de los problemas actuales. El racismo, la desigualdad y la discriminación persisten muchas veces dentro de nuestros propios países. Reconocer el daño histórico no basta si no hacemos algo para cambiar la realidad presente. La memoria debe servir para aprender, no solo para señalar culpables..