Estoy de acuerdo con lo que la reflexión de mi compañera, ya que las emociones juegan un papel fundamental en el aprendizaje de las matemáticas. La ansiedad, el miedo y la frustración no solo dificultan la comprensión, sino que también afectan la autoestima del estudiante y su disposición a participar. La ansiedad matemática, como se ha señalado, puede interferir en la memoria de trabajo y limitar el rendimiento incluso en estudiantes que han comprendido los contenidos. Esta emoción, muchas veces invisibilizada, puede convertirse en un obstáculo real si no se aborda desde la práctica docente.
Como futuros educadores, es esencial que promovamos ambientes donde el error no sea motivo de juicio, sino una oportunidad para aprender. Estrategias como el uso de juegos, actividades prácticas y el trabajo colaborativo no solo ayudan a reducir la ansiedad, sino que también fortalecen la confianza del alumno. Comprender que enseñar no solo implica transmitir conocimientos, sino también acompañar emocionalmente, nos permitirá construir aulas más humanas y efectivas.
Como futuros educadores, es esencial que promovamos ambientes donde el error no sea motivo de juicio, sino una oportunidad para aprender. Estrategias como el uso de juegos, actividades prácticas y el trabajo colaborativo no solo ayudan a reducir la ansiedad, sino que también fortalecen la confianza del alumno. Comprender que enseñar no solo implica transmitir conocimientos, sino también acompañar emocionalmente, nos permitirá construir aulas más humanas y efectivas.