En el video se discute el vínculo principal que existe entre los derechos humanos y el bienestar mental, enfatizando la necesidad de una perspectiva unificada que logre reconocer el valor de las personas con alteraciones mentales, en lugar de continuar fomentando prejuicios y prejuicios. Se destaca que todas las personas tienen derecho a vivir con respeto y participar en la vida comunitaria, que difiere de la práctica pasada de segregarlas. Esta discriminación contra las personas con problemas de salud mental, como la depresión, perjudica su capacidad para obtener ayuda y su bienestar general, mostrando una escasez de conocimiento y empatía por estos problemas. También se enfatiza la necesidad de salvaguardar los derechos de los ancianos o adultos mayores, que con frecuencia son ignorados y maltratados, subrayando la importancia de las reglas que fomentan su inclusión y respeto. Personalmente estoy totalmente de acuerdo en que estas personas pueden ofrecer mucho a la comunidad, y es esencial que se fomente ese respeto e inclusión. Además, resalto la importancia de respetar la autonomía y el consentimiento informado de personas con problemas de salud mental, al administrar medicamentos y tratamientos de manera excesiva o invasiva donde no se considera la voluntad del paciente. La salud mental no debe tratarse con enfoques punitivos o coercitivos, sino que debe centrarse en la educación y el empoderamiento del individuo para tomar decisiones sobre su propia salud. La implementación de leyes adecuadas que logren salvaguardar a las personas con problemas de salud mental, ayudan a evitar  tratos inadecuados y negligencia cruel, garantizando así sus derechos y proporcionando un entorno seguro y saludable. Concuerdo con que incluir los derechos humanos en la atención de salud mental no solo es moralmente necesaria, sino esencial para crear una sociedad más justa y más aceptable, donde todos son respetados y tienen derecho a vivir con respeto.