Tu comentario es muy valioso y refleja una postura sensible, crítica y empática frente a uno de los capítulos más dolorosos de la historia de América: la conquista y el sufrimiento de los pueblos indígenas.Estoy de acuerdo en que las disculpas de figuras como el Papa Francisco o el Rey Felipe VI, aunque simbólicas, tienen un valor importante en términos de reconocimiento histórico y reconciliación cultural. No se trata de cambiar el pasado, sino de asumirlo con responsabilidad y dignidad, especialmente cuando las consecuencias de aquella violencia como la marginación, la pobreza o la pérdida cultural aún persisten.También aciertas al señalar que el mestizaje no debe usarse para justificar el olvido de los abusos ni para borrar el valor de las culturas originarias. Reconocer su resistencia, sabiduría y legado es un paso necesario hacia una justicia histórica.Tu reflexión apunta hacia una visión esperanzadora: que el reconocimiento y el respeto pueden construir una convivencia basada en la memoria, el diálogo y la equidad.