Los números reales están presentes en casi todos los aspectos de nuestra vida diaria, incluso cuando no somos plenamente conscientes de ello. Por ejemplo, cuando hacemos compras en el supermercado, usamos números decimales al ver los precios: un litro de leche puede costar $1.75, y si compramos tres, debemos calcular el total. En este caso, también entran en juego los números enteros al contar la cantidad de productos.
Las fracciones también se utilizan frecuentemente, especialmente al cocinar. Si una receta pide ½ taza de azúcar o ¾ de taza de leche, estamos usando fracciones para medir cantidades específicas. Estas fracciones pueden convertirse en decimales si se usan utensilios electrónicos que miden en mililitros o gramos.
Los números enteros son igualmente comunes. Por ejemplo, al contar los escalones de una escalera o los días que faltan para una fecha importante, estamos utilizando enteros. Además, en el deporte, los puntajes se expresan en enteros, como cuando un equipo gana por 3 a 2.