Fecha: 06-05-2025
Reflexión:
La reciente resolución del Tribunal Contencioso Electoral de Ecuador, al desestimar la impugnación de Revolución Ciudadana, marca un momento clave para la democracia del país. Este fallo no solo valida el proceso electoral, sino que también refuerza la independencia del sistema judicial en un contexto político polarizado. Que un tribunal actúe conforme al derecho, sin ceder a presiones políticas, es una señal positiva para la institucionalidad democrática. Sin embargo, también pone en evidencia las profundas divisiones políticas que aún persisten en el Ecuador.
Las reiteradas acusaciones de fraude, sin pruebas contundentes, pueden debilitar la confianza pública en el sistema electoral. Esto es preocupante, ya que el derecho electoral no solo protege resultados, sino también la legitimidad de los procesos. Que los recursos legales hayan sido agotados conforme al debido proceso es valioso, pero también resalta la necesidad de mayor educación cívica y transparencia para evitar la desinformación.
Desde una perspectiva jurídica, el caso muestra la importancia del control de legalidad y la defensa del orden constitucional. No basta con ganar elecciones: es necesario garantizar que los medios para ello sean justos y aceptados por la ciudadanía. Finalmente, este episodio invita a reflexionar sobre la responsabilidad ética de los actores políticos al hacer denuncias públicas sin fundamentos sólidos, pues afectan no solo a instituciones, sino a la cohesión social.